Mantener sanjada brecha entre la realidad y la utopía
mitigación cambio climático
Jorge Moncada Angel |
Algunos pensadores aconsejan, no confiar
en los utópicos, que desean realizar un modelo desde cero o con cambios bruscos
deshumanizantes.
Estoy completamente de acuerdo.
Estoy completamente de acuerdo.
Los seres
humanos evolucionamos sobre la base de lo construido desde las primeras huellas
y vestigios de la civilización, además un conjunto de valores y conciencia
colectiva, rige la existencia y vida humana, deambulando entre el bien y el mal,
decantados en el todos por igual, el mismo origen , el mismo fin.
Los fracasos
en la mitigación del cambio climático, pueden ser los más costosos, por
desperdicio de tiempo, recursos y
posible direccionamiento erróneo hacia políticas como la eugenesia,
control forzoso de natalidad o llamado y vivencia de una calamidad pública humanitaria, donde los
únicos beneficiados podrían ser la clase política corrupta.
La corrupción
estatal, la burocracia, los gobiernos mediáticos; “nihilistas” incrustados en
el poder o simplemente la omisión de
acción después de la firma de los tratados,
cumbres o acuerdos marcos, son el gran reto y amenaza.
Ejemplo: tratado de París
o acuerdo marco para el cambio climático de las naciones Unidas, puede ser el
más grande desafió del cambio climático que afronte la humanidad en su conjunto.
Mantener en la mira, la
brecha entre discurso y realidad debe ser el deber de la gente del
común, nosotros los ciudadanos ordinarios, que vemos desde el plano de
espectadores, la mala gestión de los gobiernos para tomar medidas macros
en minería, deforestación,
infraestructura y conservación de los bosques endémicos. La causa macro del cambio climático.
Ordenando desastres en el marco de negativa aplicabilidad, interpretación, menosprecio de eventos relevantes y agrandamiento
de detalles superfluos, es constante de la corrupción.
Atentos a
síntomas de la satrapía gestionando la mitigación del cambio climático en
contra de toda la humanidad.
Jorge Enrique
Moncada Angel
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