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| Jorge Moncada Angel |
El Otro Lado Del Escándalo
Creo que los congresistas de Colombia, tienen la culpa de ser espiados desde una perspectiva muy facilista, causada por el inepto hábito de no leer lo conveniente, obviando lecturas adecuadas para la nación.
Esa forma de disimular los problemas nacionales con puesta en escena del libre desarrollo de la personalidad y esconder cualquier cosa que sonroje a destiempo a la audiencia es práctica común entre la dirigencia.
Hay centenares de estudios, informes, libros de espionaje, que abordan tema de seguridad nacional en las relaciones personales de los funcionarios públicos a nivel de fuerza del orden, poniéndolo bajo una óptica mayor, más aún, si son custodios de secretos de estado cómo congresistas, miembros de las fuerzas militares, ministros, etcétera.
No quisiera dármelas de lector empedernido o conocedor del tema, pero si recomendaría la lectura de un par de libro de espías por congresista.
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El Otro Lado Del Escándalo
Vía Moda Política
La otra cara de la homofobia es la endilgación de “minoría sexual”, práctica común entre el periodismo del entretenimiento, que busca a toda costa vender noticias de ricos y famosos, encontrando en este comportamiento social un importante ítem para sumar audiencia. Para dar ejemplo claro y poner el salero sobre la mesa, rezo típica frase: “salir del closet”, acompañándola de la pregunta pertinente, cómo: ¿fulano o zutana serán “minoría sexual”?, “No sé le conoce novia o novio”, ¿No ha salido del closet?, “Sé le nota”, etcétera.
La segregación causada por la homofobia puede ser doblemente dolorosa y sumir a la persona en un limbo existencial, sí la persona no desea la práctica social o discrecional del comportamiento sexual ya mencionado. Puede llevar al implicado (a) a contemplar el suicidio o aislarse de la sociedad para no cargar el lastre del señalamiento ortodoxo de inmoral y antinatural de algo que no desea, además siendo víctima de acoso directo o indirecto de los agraviados, para fortalecer el equipo objeto del señalamiento y discriminación.
Por consiguiente se crea una muralla casi impenetrable con el sexo contrario por llevar el estigma de ser ente dudoso y no auto reconocido culpable de sus preferencias sexuales.
Con todo esto… en medio de una sociedad cada vez más permisiva con la doble moral y la corrupción, encontramos un nicho de cínico comportamiento burlesco de las élites políticas y sociales, que practican todo tipo de sadomasoquismo iniciado; para configurar correctamente la estadía en el poder político, mediático mercantilista, con injerencia en arte, ciencia, literatura, música, teatro, comercio y sociedad.
Encontramos demasiadas leyes que protegen a las minorías en cuestiones de uso de vocabulario, pero no en uso social de prácticas sexuales, que son la otra cara de la homofobia.
Jorge Enrique Moncada Angel
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