¿Qué la
desgracia más grande del mundo todavía está entre nosotros?, No, exactamente.
Está sobre nosotros y se acumula en los píes.
Aún llueve ceniza.
En el libro
de Primo Levi, Sí esto es un Hombre: iniciando su narración del campo de
trabajo de Buna, sub campo de Auschwitz (campo de concentración) conocido cómo Auschwitz-Buna (Monowitz) : « un
joven intercambia palabras con los recién llegados (deportados), que preguntaban
por sus elementos de aseo y el joven respondió […]: “…vous n'êtes pas à la maison: no estáis ya en vuestra casa, esto no
es un sanatorio, de aquí sólo se sale por la chimenea”».
Con miras a
explicar la generalizada idea que el Holocausto aún está entre nosotros. Citaré a La
UNESCO, que “adoptó una resolución que rechaza la conexión judía histórica de los
sitios sagrados de Jerusalén” (www.timesofisrael.com).
Y escribió bajo eufemismos el epíteto para la “solución final a la cuestión Judía" desde las
Naciones Unidas en relación al “Muro de los Lamentos” de la Ciudad Santa, y añade:
"La herencia de Jerusalén es indivisible, y cada una de sus
comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su
relación con la ciudad", dijo Bokova en un comunicado. (Director General
de la UNESCO, Irina Bokova de Bulgaria).
Primeras repercusiones: "La
aprobación de esta resolución será vista por muchos como el fomento y la
validación de más ataques terroristas palestinos contra civiles israelíes"
- El rabino
Marvin Hier y Abraham Cooper (www.wiesenthal.com)
Analizando el
comunicado de la directora de la UNESCO, la señora Bokova, encontramos alusión
directa a la propia determinación de los pueblos de adquirir, tener, conservar,
difundir su propio reconocimiento de los sitios sagrados “explícitos” o no. Según
su propia religión, significado y momento histórico del cual han sido parte.
¿Es acaso qué
la comunidad Judía del mundo es la única que no puede tener lazos o derechos al “reconocimiento explícito de su historia” o de sus sitios
sagrados?.
Colocar fe a
las piedras, dividir las piedras según la fe que irradien o quimera semejante, es un despropósito de la UNESCO.
Peor aún, llegando más lejos, al detestable negacionismo o a la capacidad auto-formada y dolosa para no reconocer al otro por el apropio de su fe que
ve y que el otro no practica.
Debo recordar tajantemente, que el negacionismo
es condenable desde todo punto de vista y es la puerta de entrada al
antisemitismo de vías de hecho y considerado una conducta punible desde el uso
inadecuado del lenguaje.
Llueve
cenizas de fe, llueve simbólicamente los despojos de la quema de La Biblia, de
donde surgen, muchas de las religiones que practican fe en la Ciudad Santa y
tienen derechos “explícitos” sobre su
propias creencias de origen
Judeocristiano, para retroceder históricamente, sólo 2.016 años.
@JorgeEMoncadaA
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