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sábado, 1 de octubre de 2016

Golpes de Paz (trigésimo noveno dominical 2.016)

Golpes de Paz



Hoy 1 de Octubre de 2.016 a un día del plebiscito refrendatorio de los Acuerdo de la Habana entre Gobierno Santos y la guerrilla de las Farc y a 30 días de Halloween. Ya he recibido golpes de paz.

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Llamo golpes de paz a las primeras manifestaciones de cambio, de impulso, de dinámica social y económica que empiezan a suceder en la vida cotidiana de los ciudadanos.

El primer golpe de paz recibido es la “pesquisa” intromisión directa  de las multinacionales productoras de herbicidas.



Propiamente,  La multinacional Dow Chemical Company, una corporación química de las más grandes del mundo. 
Está corporación ha enviado emisarios a pequeñas parcelas en el Valle del Cauca,  para hacer experimentos, pruebas, estudios, y recolección de información sobre efectos de sus herbicidas  en terreno, aplicadas sobre malezas tropicales.  

Estos mensajeros no se identifican propiamente como trabajadores de Dow Chemical, por ‘principio de confidencialidad’ ( propio discurso  de los mercenario de Dow Chemical Corporation). Con ésta estrategia engañan a la gente, prometiéndoles una muestra del químico (herbicida) por permitir hacer los experimentos en sus parcelas, por el lapso de tres meses. Sin cuantificar y cualificar, el daño que puede causar en el suelo, la aspersión del  veneno en  estudio. Sin advertir la  degradación del suelo, debido al tráfico de personas y automotores causado para seguimiento de las aplicaciones. Surgen muchas preguntas del ‘modus operandi’ de los mercenarios, pero antes de formularlas quiero llegar a la sinergia de los golpes de paz.  Al núcleo de donde surgen.


El segundo golpe de paz es dado sin diplomacia, es un golpe crudo y contundente desde la normatividad minera.  

La única industria de Cartago es la producción de teja y ladrillo, cuál obtiene la materia prima del suelo. La extracción de tierra se ha efectuado de forma ilegal desde el inicio. Ésta ilegalidad ha alimentado una industria que corrompe políticamente hablando,  los controles ambientales fiscales: demasiadamente influyente por construir “casas gratis” y muy lucrativa por el  nulo control al ejercicio.

Ahora con la necesidad de tener títulos mineros para extraer el material, ésta industria ha  sido asimilada por los buscadores de lucro fácil, quienes ven en el título minero vía asociación de productores de teja y ladrillo, una muy sencilla forma de desplazar campesinos y adquirir tierras baratas bajo la amenaza de hacer valer  un título minero sobre la propiedad de los legítimos dueños de las parcelas.

Bajo la legalidad minera se esconden los más temibles hampones  de talla nacional e internacional. Muchas de las multinacionales han sido señaladas en África, América del Sur y Asía de ser co-autores de masacres y desplazamientos de comunidades enteras y destrucción de bosques; por ende de riqueza florística y faunística.  Quienes ven en la gabela de la legalidad la forma pertinente para ejercer su poder sobre el negocio de finca raíz  de la Colombia rural. 

La pésima negociación de paz, arrojó cómo resultado, una nueva forma de "especulación inmobiliaria! 

Los malos ejemplos lucrativos,  son combustible  de destrucción en una sociedad sin un presente claro.

El golpe de paz es dado por la total negligencia de los negociadores del acuerdo de paz, que no se atrevieron a discutir el grave problema del  territorio colombiano, convertido en una sola y gigantesca concesión minera. A título de golpe de paz.


Jorge Enrique Moncada Angel 

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