Un Día Sin
Causa
No temo a enemigos que ofrecen barrotes a cambio de vida. Temo a "amigos del empresario" que ofrecen muerte a cambio de nada @JorgeEMoncadaA |
Me levanté,
pateé las cobijas y me dispuse a volverme gente, me casé con él agua. No sabía
que canción tararear, no precisaba la importancia del día, no pude diseñar el
plan a seguir. Todo lo hice por reflejo.
Jorge Moncada Angel |
Resolví la necesidad
de conocer las noticias trinadas, igual, todo lo mismo. No quería comunicar, ni
personal, ni profesionalmente. Recordé que la Súper Intendencia de Industria y
Comercio, colocó un veto ideológico imaginario a la percepción de asimilación del tercero. La posibilidad de ser juzgado por lo que uno distribuye de su perfil personal
o empresa. Algo así: ‘Todo lo que diga debe ser oportuno, verificable,
comprensible, preciso e idónea, de lo contrario, puede ser usado en su contra’, -estás en
manos de lo que diga la gente- pensé.
Volví a ser
gente anormal. Preciso: sin celular, sin twitter, sin social media empresarial
y ninguna campaña publicitaria para vender camisas, crear consciencia,
ecológica, invocar el fin del mundo o simplemente, ‘mamar gallo’ por las redes.
Decidí
liberarme de las amarras del formalismo, y empecé a romper mis propias reglas.
Quebré la autodisciplina de innovación y emprendimiento. No voy hacer publicidad
– chasquillé. Mientras tenga algo en el
bolsillo, puedo tener esperanza. Reflexioné.
No me voy a arriesgar a ser aplastado por las multas interpretativas de vida y negocio. Sé que no estoy haciendo nada malo, pero alguien puede interpretar lo contrario. Musité interiormente.
No me voy a arriesgar a ser aplastado por las multas interpretativas de vida y negocio. Sé que no estoy haciendo nada malo, pero alguien puede interpretar lo contrario. Musité interiormente.
Sin poder
desligarme de tan aterradora amenaza, que daba vuelvas por mí cabeza,
comprendí, que la única solución es empezar a jugar el soliloquio político establecido: si/no: es o no es.
Voto NO
acentué, volví y repliqué, voto no y mil veces no. Terminé metiéndome hasta con
la mamá del sí. ¡Qué cosas tan horribles nos ponen hacer los políticos, escribí!. ¡Pero ellos
se metieron primero con la mía, grité!..
Exhausto de
tan aterradora batalla, terminé un día sin causa.
Pero el día
no me alcanzó ni siquiera para sacar conclusiones.
Nota: sí los
políticos, dijeran cosas "oportunas, comprensible, verificables, precisas e
idóneas"; el presente de la nación sería otro. No debe ser un estatuto para el
consumidor, debe ser un estatuto para el elector.
Jorge Enrique
Moncada Angel
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