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viernes, 22 de julio de 2016

Truco de Paz, Impuesto de Guerra (vigésimo noveno dominical 2.016)

Truco de paz, Impuesto de Guerra
Para Fortalecer el ESMAD


Jorge Moncada Angel
Para hablar maravillas de la paz, están contratadas centenares de personas vía agencia de publicidad. Una fábrica de ideas, de apoyo logístico en pro del magnánimo deseo del pueblo colombiano de cambiar de tema, es decir, la paz no necesita defensores.

Sin embargo, los propios impulsadores  y el sobre uso del discurso de paz, llevó al pueblo colombiano a sacar conclusiones relacionadas con su estadio de vida actual, una zona social, llena de conflictos. Sentimos y presentimos los ciudadanos, un abandono por parte del Estado, con la incongruente realidad de premiar al antisocial y castigar al cumplidor.

Resumo el sentir popular, “paz, paz, ¿y la gente qué”?, las perspectivas de sostenibilidad, ingresos vs egresos familiares, nos muestran un terrible desbalance en el micro cosmos de la canasta familiar. El alza en el costo de vida, es catalizador de pequeños conatos de inconformismo personal, que sumados al núcleo familiar, amenazan la convivencia de las comunidades. Los centros productivos, dejan de ejercer el impulso positivo en la dinámica macro económica, los verdaderos generadores de bienestar, no subsidiados, ven teñido el ejercicio con la carga reformista impositiva, impartida desde el discurso paz y posconflicto.

Está sentencia de sacrificio a la clase media, demuestra, que la paz se hace sola, anticipa la cuenta de cobro al desperfecto social del pragmático actor translucido, que recibe todo con la abnegación patriótica de estar en “modo patrio” en la resistencia y adversidad.

Nos queda confiar en la buena fe de los elegidos democráticos, en las utópicas manifestaciones de loables sentimientos de igual y en la fortaleza de nuestro propio espíritu, para no caer en las provocaciones del país perdido y fallido.

Pero caigo en razón, sí la paz necesita defensores, no es paz; sí la paz requiere de agencias de publicidad, no es paz; sí la paz manifiesta revancha social, política o económica,  no es paz; sí la paz se construye asaltando la buena fe del sí o el no, no es paz; sí la paz es apetito burocrático financiado con gravámenes a la clase media, no es paz; sí la paz es el negocio de las grandes mineras, no es paz;  sí la paz es el desplazamiento de las tiendas de barrio por las transnacionales al por mayor y al detal, no es paz.

Sí nos piden comprar el pan y dejar de producirlo, no es paz.  
La trastienda detrás de la paz es un truco, es el régimen de la desigualdad, la revancha social, disfrazada de neo liberalismo y libre empresa con las reglas hechas para el dueño del músculo financiero, es la compra de conciencia con subsidios a las clases arruinadas y la ruina al resistente trabajador a cuenta propia. Es el “pos-atraco al estado” por cuenta de una clase política, apátrida, sátrapa y cafre.

Truco de paz impuesto de guerra para fortalecer el ESMAD. 


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