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sábado, 25 de abril de 2015

Más Allá, Divina Providencia


La Divina Providencia 

No conozco personalmente la Isla de Providencia, pero sé que es hermosa, mágica, encantadora y alegre. Es una oración escuchada en el cielo y convertida en un milagro tangible, audible y visible, es un rincón de la patria Colombiana, que nos da certeza, que el paraíso, está en la tierra, además de simbolizar  el culmen de las promesas; es directa conexión con la conciencia colectiva de las cosas buenas, de  mujeres y hombres con raíces y fundamentos; seres maravillosos, a los que se les denomina raizales, que ofician cómo ángeles guardianes del regalo celestial, que hablan un lenguaje llamado creole y viven sin afán, ya que el universo, hizo lo mejor hasta con el último grano de arena, sin desperdiciar esfuerzo al hacer y re-hacer, para encontrar la perfección,  al  crear la divina y más bella Isla de la Providencia. 

Algo inmejorable, inimitable e insustituible de realizar por cualquier cosa, lugar u obra hecha por un ser un humano o inhumano,"muy al contrario", con la intervención y nuestro mal proceder, podemos, afectar su perfección y dibujar en la naturaleza, nuestros más crudos errores. 

Un  barco encallado en el mar de los 7 colores en San Andrés Islas, no es una eventualidad en épocas, de protocolos estrictos, guiados por  GPS, es una gravisima casualidad vestida de error humano, es la plataforma de un chantaje, es la extorsión a nuestra conciencia conservacionista, más o menos desarrollada,  que ataca nuestra incapacidad de explotación de recursos naturales, que por la divina providencia,  es contraria a esa tendencia destructiva. Nuestro deseo natural es a explotar en buenos términos, la riqueza de cualidades humanas, turismo sostenible y pacífica convivencia con la naturaleza. 

De todas formas, debemos ser cocientes y reconocer que existe una fuerte tendencia estatal al extractivismo y la depredación, por fuerzas co-relacionadas, que no tiene asomo alguno de cargo de conciencia o algo semejante, que desde las comodidades de sus paraísos terrenales, ordenan fines, sin importar métodos. Dichos fines son ejecutados por mercenarios, curtidos en las vivencias cotidianas de nuestra condición humana, de vivir supliendo necesidades diariamente. 

Sí ellos no olvidan nuestras necesidades, debe ser imperativo, no olvidar, las de ellos y para ésto, se necesita educación, tolerancia y respeto;  las mismas necesidades nuestras, son las de ellos, gústenos o no, oferta y demanda, del turismo, depende de lo que ofrezcamos, sitios para hacer turismos.

Un competidor menos en el turismo, es para alguien, una gran riqueza y para quién lo pierde, la  pobreza, además del deterioro del ecosistema y su conexión, con la divina providencia. 

Quejoso Ambientalista 


1 comentario:

  1. San Andrés Islas, Divina Providencia, existe una fuerte tendencia estatal al extractivismo y la depredación, por fuerzas co-relacionadas, que no tienen asomo alguno de cargo de conciencia o algo semejante.

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