Un buen amigo me aconsejó, que ser participe o en su defecto cómplice por obra o por omisión de cualquier etapa de oleada de la tiranía de la corrupción es traición por perdida de principios y esfuerzos, es haber sobrevivido en la peor etapa y morir en el relajo de las comodidades; ese es el inicio de la tiranía de la corrupción, en su oleada temprana, que dejó víctimas colaterales y directas, cuyo trabajo era ablandar y mostrar los fundamentos morales de esos Colombianos que tomaron las banderas de los preceptos conservadores principales y que respondían por su misión heroica de llevar esos nombres y apellidos como principios; participar en esa oleada es traicionar todo los valores humanos.
La tiranía de la corrupción mata más gente que la mano negra, que el miedo según Patton, que la guerra misma...Es la perdida de toda esperanza, es quedar en manos de la suerte del desvalido, en la carpa del refugiado y con las manos caídas; es glorificar los logros de la mala fe y la suerte del tramposo.
Ese es el futuro de los Colombianos, vivir en un feudo socialista gobernado por la tiranía de la corrupción de #SantosPresidente Santos gobernadores y Santos alcaldes de la rosca.
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